Han pasado diez años desde que un 3 de marzo de 2011 llegué a Lima y descubrí, oculto en un bolsillo de mi mochila, un poema de Mario Benedetti con el que mi pareja me deseaba buena suerte. Lo que vino después fueron tres intensos meses por las selvas del Perú cuyo recuerdo es tan grato y duradero que, a veces, siento que viví años allí.
De aquella experiencia nació “Biólogo en salsa verde”, un libro por el que el pasado viernes 23 de abril, día del libro, recibí una bella pieza cerámica con la que reconocieron a ganadores y finalistas en el 7º Premio del Libro Ateneo Riojano. Solo puedo decir GRACIAS.
De aquella experiencia nació “Biólogo en salsa verde”, un libro por el que el pasado viernes 23 de abril, día del libro, recibí una bella pieza cerámica con la que reconocieron a ganadores y finalistas en el 7º Premio del Libro Ateneo Riojano. Solo puedo decir GRACIAS.
Afortunadamente, y como exhortaba Benedetti, no me salvé.
NO TE SALVES
No te quedes inmóvil
NO TE SALVES
No te quedes inmóvil
(...)